Les Quartiers Modernes Frugès, Le Corbusier, Pèssac (Francia), 1924/ 26
Les Quartiers Modernes Frugès, Le Corbusier, Pèssac (Francia), 1924/ 26
1. Descripción física de las partes con interés cromático
Gamas de colores empleadas:
Le Corbusier emplea tonos blancos, Siena oscuro, rosa pálido, azul y verde.
Superficie que ocupan:
Los colores se disponen en las fachadas exteriores y abarcan la totalidad de su superficie. De hecho, los colores se disponen en las fachadas exteriores porque una vez construidas las viviendas resultaban tener una “tristeza insoportable”. Es muy importante señalar que aunque los colores son coherentes con la composición del conjunto arquitectónico, fueron ideados y dispuestos con posterioridad a su construcción, y por tanto no fueron decididos en fase de ideación del proyecto:
- “Los edificios que Le Corbusier había realizado en Pessac no conocieron el éxito, quedándose sin habitantes potenciales, que los habían encontrado monótonos: tales cubos todos idénticos, agrupados en medio de la naturaleza, sin ninguna relación con la arquitectura tradicional de Burdeos o con el estilo de las residencias rurales de los alrededores; de ahí la idea del arquitecto (o acaso de su cliente Henry Frugés) de pintarlos. Hoy en día es difícil juzgar, a partir de los dibujos que nos han quedado, el efecto que produjo este barrio donde todo estaba coloreado y donde todo color recordaba la naturaleza: todo se ha borrado después de tanto tiempo, por las modificaciones que han hecho del aspecto original casi ilegible” (L. Martina Colli, 1987).
Tintas planas/ degradadas:
Los colores empleados son homogéneos: no presentan alteraciones en el tono, valor o croma a lo largo de su extensión.
Materiales revestidos/ sin revestir:
El color se dispone en enfoscados que ocultan la verdadera naturaleza material de los muros. El empleo del color, por lo tanto, persigue cierta abstracción de los elementos arquitectónicos, cierta desnaturalización.
Color interior/ exterior:
Los colores más relevantes se limitan al exterior de las viviendas. Nos encontramos ante el único ejemplo en la obra de Le Corbusier en el que el color se emplea con un sentido urbano, al menos durante los años veinte.
2 Contexto cultural
Poética del autor del proyecto cromático:
M. Frugès, el altruista industrial de Burdeos, había dicho a Le Corbusier y a Pierre Jeanneret: “Les autorizo a realizar en la práctica sus teorías, hasta sus consecuencias más extremas. Pessac debe ser un laboratorio. En una palabra, les pido que se planteen el problema de planificación de una vivienda, que encuentren la estandarización adecuada, usando muros, suelos, techo, de acuerdo con la más rigurosa solidez y eficacia, prestándose a una verdadera taylorización mediante el empleo de máquinas que les autorizo a adquirir.” El pueblo de Pessac fue construido en menos de un año por una empresa parisiense. (W. Boesiger, 1995).
Referencias a otras arquitecturas coloreadas del pasado:
El crítico de arte A. Rüegg compara la similitud formal entre este proyecto y las intervenciones cromáticas de B. Taut en los polígonos de viviendas alemanes, aunque desvinculados del carácter social que alentaba las propuestas de Taut:
- “Le Corbusier sólo tuvo una oportunidad de diseñar un complejo de viviendas de un tamaño tan grande como al que estaba acostumbrado B. Taut, en sus muchos planes de desarrollo. (…) Conocemos las intenciones iniciales en el uso del color de Bruno Taut, realizado en particular en las ciudades construidas en Berlín en los años ’20 para la sociedad GEHAG. Rainer Wicck, por ejemplo, constata que sobrevino debido a un deber social: “Permitir a los habitantes una identificación con su modesto entorno habitable mediante el uso del color.” Verdaderamente, no eran motivos sociales los que movían a Le Corbusier, y ciertamente, el contexto francés se movía por ideas diferentes al alemán. Finalmente, los resultados son similares, y en ambos casos sirven a la identificación del habitante con el lugar de residencia” (A. Rüegg, 1996).
3 Estrategias plásticas
3.1. El color para interferir en la percepción visual del objeto
Geometría:
Mimetismo/ individualización (con relación al entorno)
Si se observan las viviendas desde el exterior, su cromatismo guarda relación con el contexto en algunas zonas. Se trata de fachadas que Le Corbusier desea que “desaparezcan” o se camuflen con el fondo. Esta estrategia cromática está al servicio de una alteración de las dimensiones de los espacios exteriores de los patios y no tanto en establecer una vinculación con el contexto. Al maestro le interesa el orden en la composición arquitectónica que él ha creado, y el color es el resultado de un proceso racional de ideación, abstracto y ajeno al entorno.
- “(…) Hemos hecho que algunas partes se confundan con el follaje de los jardines y los árboles pintando las fachadas de verde pálido” (Le Corbusier en K. Frampton, 1981).
El conjunto de viviendas en Pessac, en definitiva, genera su propio paisaje artificial.
Integración/ Desintegración (con relación a las partes componentes)
Aunque la finalidad última de la disposición cromática es la de generar una sensación de mayor amplitud entre las viviendas, Le Corbusier desintegra algunas fachadas respecto del resto del prisma arquitectónico, identificando algunos de sus planos componentes con colores distintos. Es el caso del patio rectangular central, en el que no se opta por emplear un color único sino al contrario, se opta por desintegrar dicho recinto, hacer una lectura independiente de cada edificio y todo ello en favor de una mayor amplitud espacial:
- “Un grupo de unas veinte casas forman un recinto rectangular. Rompemos, pintando de azul las casas A (2=azul, 1=blanco), de modo que esta barrera de casas se deshace hacia el horizonte. Pero para que el remate sea efectivo, fijamos los dos lados laterales del recinto, tanto a derecha como a izquierda. Pintamos estas casas tipo B con tierra Siena tostada (oscura). El resultado es conclusivo.
- En el lado opuesto al grupo azul, dos casas tapan la visión de un bosque de pinos. Las pintamos con un verde tenue; de modo que desaparecen suavemente, atando su suerte a la del grupo de pinos verdes” (Le Corbusier, 1930)
En el caso de las viviendas en hilera, Le Corbusier dispone tonos distintos en las fachadas respecto de los muros testeros perpendiculares. Se consigue así fragmentar el volumen, restándole presencia física al prisma.
Distorsión geométrica:
El colorido empleado no introduce distorsiones relevantes en la percepción visual de la geometría del objeto, más allá de los ligeros avances y retrocesos de unos planos coloreados respecto de otros.
Dimensión:
Le Corbusier dispone los colores con una intención muy clara de modificar las dimensiones de los espacios intersticiales entre las viviendas. El arquitecto suizo considera que los jardines exteriores quedaban excesivamente pequeños, y pretende ampliar visualmente su dimensión mediante una combinación adecuada de tonos.
- “En Pessac se diseñan unas casas muy juntas. Los edificios de cemento forman un insoportable aglomerado, un espacio comprimido, carente de aire. El color puede crear una sensación de ampliación del espacio. Considerando el color como un elemento que puede crear espacios, podemos establecer algunos puntos fijos con un cierto número de fachadas pintadas de Siena tostado; podemos crear una “fuga” de casas, con un azul ultramarino, o confundir ciertos sectores, con el verde del jardín y el bosque; y proveer un punto referencial por medio de muros blancos. Cuando las hileras de edificios crean una masa desagradable, camuflando cada casa, alternando los muros que dan a la calle –uno oscuro, uno luminoso-.Un muro lateral blanco y otro verde pálido, por ejemplo. Además, si los muros se encuentran en la esquina con el marrón oscuro de otro muro esto causará, por ejemplo, una ampliación del volumen –peso- y un alargamiento de la superficie –extensión-. Esta policromía es absolutamente nueva, y esencialmente racional a la composición arquitectónica; adhiriéndose elementos psicológicos extremadamente poderosos; armonizando las sensaciones psíquicas de volumen, superficies y colores. Alcanzándose un intenso lirismo en la composición” (Le Corbusier, 1927).
Le Corbusier conoce la capacidad del color azul claro para distanciarse del observador, así como la de otros tonos para aproximarse o mantenerse fijos cuando son observados. Esta propiedad del color le permite alterar las dimensiones de los espacios:
- “El emplazamiento de Pessac es muy seco. Las casas de hormigón gris producen una masa comprimida insoportable. El color puede proporcionarnos espacio. Así es como hemos establecido ciertos puntos invariables. Algunas fachadas están pintadas en color Siena tostado. Hemos hecho que las alineaciones de otras casas retrocedan gracias a un claro azul ultramarino” (Le Corbusier en K. Frampton, 1981).
En una franja de casas en hilera, Le corbusier considera que las fachadas están excesivamente próximas y dispone una estrategia para ampliar su distancia perceptiva. Para ello, colorea de modo alterno las fachadas pares con tono blanco y las impares de marrón. El observador se fija o bien en unas o bien en otras, de modo que la sensación perceptiva es la de una distancia entre viviendas doble a la real. Además, los muros testeros se colorean con tonos verdes, que les restan peso visual e independizan la fachada respecto del resto del volumen:
- “(…) La calle principal esta cerrada, por un lado, por una serie de casas altas, cuyas fachadas dominan el camino a pie. En perspectiva, forman una masa compacta, una repetición excesivamente densa, una sensación de sofoco.”
- “Con el color, vamos a crear una ilusión óptica y en nuestro interior, otra percepción de dichos elementos.”
- “Se pintan las fachadas alineadas con la calle con blanco y tierra Siena tostada de modo alternado- un tono luminoso y uno sombrío y violento. Llamamos la atención del ojo sobre las fachadas blancas, o bien sobre las marrones. En ambos casos, el ojo sólo mide las distancias entre blancas o entre marrones, que es como decir que transmite a la mente la sensación de un espacio doble al real. Y el observador, valorando a veces el número de casas blancas, a veces el de marrones, tiene la impresión de un número de casas considerable; la calle se ha extendido.”
- “Este engaño se realizó en 1926 cuando todavía no había sido plantado ningún árbol. Además, para hacer más acusada la sensación de color, una de las dos fachadas contiguas al marrón se pintó de verde tenue; las contiguas al blanco se pintaron de blanco.”
- “De esta manera, visto desde un extremo o desde otro, la avenida estaba pintada de verde, marrón, blanco, y en ambos casos, el verde se oponía al marrón y se unía al blanco.; de modo que la sensación de espacio entre las fachadas marrones había sido llevada al límite” (Le Corbusier, 1930).
Peso:
Le Corbusier no expresa específicamente la intención de modificar la percepción visual del peso en este conjunto edificado, sino de las distancias. No obstante, el arquitecto es conocedor de que el color interfiere en la percepción visual del peso, y señala cómo un marrón oscuro aumenta el volumen, y por tanto el peso visual, de los edificios: “(…) Si los muros se encuentran en la esquina con el marrón oscuro de otro muro esto causará, por ejemplo, una ampliación del volumen –peso- y un alargamiento de la superficie –extensión-” (Le Corbusier, 1930).
3.2. El color como estrategia para la descripción del objeto arquitectónico
De una manera muy decidida, Le Corbusier emplea el color con intención de interferir en la descripción del objeto arquitectónico en lo que a su composición se refiere. El maestro suizo emplea el color para “ordenar” aquello que se percibe como desordenado respecto de la organización espacial que el quiere disponer. El color subyuga a la arquitectura para someterla al orden racional que Le Corbusier desea imponer.
Esta actitud se ejemplifica claramente en la disposición cromática de las fachadas de las viviendas en hilera, que a juicio de Le Corbusier se encuentran excesivamente desordenadas:
- “No obstante, la masa quebrada de estos grupos de ocho casas dan la impresión de estar demasiado turbulentos, violentos, erizados, demasiado esculpidos. ¿Cómo devolverles la calma?”
- “Haciendo de este tumulto, impuesto por el planeamiento, una masa luminosa y límpida. Mediante una clasificación de los elementos presentes con el color. Permitiendo únicamente que los elementos diversos hablen uno detrás de otro, y sin ambigüedad, a través del color.”
- “En primer lugar, la envoltura exterior –que constituye una verdadera caja lisa, pura, precisa- se pintará de color tierra Siena. Recalquemos esto cuidadosamente: solamente el plano que lo envuelve, exclusivamente aquello que se concibió como idéntico cuando se proyectó, sobre la misma “alineación”, dicho en la jerga profesional.”
- “Entonces, todo aquello que es perpendicular a esta fachada marrón, que provoca este retranqueo violento, será pintado blanco o rosa tenue.”
- “Los trasteros cilíndricos serán una tranquila sombra gris, para borrarlos.”
- “Las funciones visuales operan a partir de este momento con éxito: 1) marrón, 2) rosa o blanco; 3) gris. El conjunto se ve clasificado; con una lectura clara, ordenada, serena. La calma después de la tormenta.” (Le Corbusier, 1930)
- “(…) Algunos bloques de ocho casas conforman unas prismas cuadrados, animadas mediante fachadas que alternativamente se alinean con el bloque o se separan conformando una larga terraza. Debajo de la terraza, que está en la primera planta, hay un trastero que se extiende al exterior. Junto a este trastero cilíndrico hay un lavadero exterior, pero cubierto, detrás del trastero, aún a cubierto, se puede comer. Si se evidencian las fachadas de estas ocho casas, se debe a que los planos de las ocho casas se escalonan, son vueltos del revés. Es un recurso arquitectónico muy poderoso. Además se eliminan la promiscuidad debida a la proximidad de fachadas.” (Le Corbusier, 1930)
3.3. El color por su valor intrínseco
Si se atiende al colorido desde un punto de vista estrictamente pictórico, dejando al margen otras implicaciones arquitectónicas, debe señalarse la belleza intrínseca que tienen los colores dispuestos en los espacios exteriores. No obstante lo anterior, existe un discurso tan bien estructurado por parte de Le Corbusier al describir la coloración de esta vivienda, que resulta difícil valorar la importancia que tuvo para él una reflexión meramente pictórica de los tonos a disponer. De hecho se puede decir que sus contrastes cromáticos no siempre alcanzan toda la belleza plástica que sería deseable y resultan en ocasiones escasamente armónicos, quizá excesivamente sombríos. No se observa, desde luego, la misma libertad plástica que se expresa en los edificios de Le Corbusier durante los años sesenta, como las Unitè d`Habitation.
4 Intenciones
Manifestadas por el propio autor en relación con el color de esta obra:
- “(…) En Pessac, 1925/26, debíamos desarrollar 51 casas en hormigón armado, extremadamente densas, muy cerca las unas de las otras. (Se nos impuso una muy pequeña subdivisión del lugar). El recubrimiento de cemento es de una tristeza insoportable. Esto supuso hacer un uso del color para dar interés y sobre todo, para distanciar cada casa, una respecto a su contigua, de modo que se abrieran las perspectivas, para romper el apretujamiento de las paredes. (…)” (Le Corbusier, 1930)
Manifestadas por otros autores en relación con esta obra:
- “En Pessac, Le Corbusier utiliza la capacidad del color para modificar nuestra percepción espacial. Léger habla del “rectángulo elástico”, en relación al muro: “Se puede hacer avanzar una pared o retroceder. Es posible de igual modo destruirla”. El propio Le Corbusier matiza esta cuestión ‘La policromía arquitectónica no mata los muros, sino que puede desplazarlos en profundidad y clasificarlos en importancia.” El efecto buscado en Pessac está perfectamente expresado en “La Obra Completa”. Para Le Corbusier se trata del empleo de “una policromía absolutamente nueva. Fundamentalmente racional”. Los muros coloreados expanden el volumen exterior conformado entre las viviendas, ya que el encuentro de los colores sobre la arista provoca una supresión del volumen y amplifica el despliegue de las superficies”. “La disposición intencionada de sensaciones sicológicas de volumen, superficies, contornos y colores puede conducir a un lirismo intenso” (R. Carro, 2003).
5 Bibliografía y origen de las imágenes
Carro, R. (2003), “Le Corbusier nos hizo el regalo del muro blanco” en VIA arquitectura, nº 13. V-1. Ed. Colegio Oficial de Arquitectos de la CV. Valencia, otoño 2003. ISSN: 1137-7402.
Martina Colli, Luisa (1987), “Hacia una policromía arquitectónica” en Jacques Lucan, Le Corbusier, une encyclopédie. Ed. Centre de Crêation Industrielle. París, 1987. pp. 97 ISBN: 2858503982 (con ocasión de la exposición “L’aventure Le Corbusier” en la galería del Centro Nacional de Arte y de Cultura Georges Pompidou. París, octubre 1987 a enero 1988).
Rüegg, Arthur (1997), Polychromie architecturale. Le Corbusier’s Color Keyboards from 1931 and 1959. Ed. Birkhäuser Verlag. 2ª ed. Basel, 1997. ISBN: 376435612X.
Boesiger, W. (1995), Le Corbusier. Ed. Gustavo Gili S. A., Barcelona, 1995. ISBN: 84-252-1477-7.
Frampton, Kenneth (1981), Historia crítica de la arquitectura moderna. Ed. Gustavo Gili. Barcelona, 1981 (trad española a cargo de Sainz, Jorge). ISBN: 84-252-1665-6.
Lucan, Jaques (1987), Le Corbusier. Une encyclopédie Ed. Centre de Création Industrielle. París,octobre 1987 à janvier 1988. (Obra publicada con motivo de la exposición “L’ aventure Le Corbusier » en la Grande Galerie du Centre National d’ Art et de Culture Georges Pompidou à Paris) (Consejeros científicos: Jean-Louis Cohen, Bruno Reichlin) ISBN: 2-85850-398-66-6
Le Corbusier (1970), ”Pessac”, en L’architecture vivante, el documento arquitectónico del movimiento moderno”. Ed. Delegación de Zaragoza del Colegio oficial de arquitectos de Aragón, Zaragoza, 1927. (Albert Morancé 1923-1933, coordinación: Ricardo Marco Fraile, Carlos Buil Guallar) ISBN: 8487663338.
Le Corbusier (1930), “Architectural polychromy. Un estudio hecho por un arquitecto (también involucrado en la aventura de la pintura contemporánea) para arquitectos” en Arthur Rüegg, Polychromie architecturale. Le Corbusier’s Color Keyboards from 1931 and 1959. Ed. Birkhäuser Verlag. 2ª ed. Basel, 1997. ISBN: 376435612X.