El movimiento en los medios plásticos tradicionales

Desde que el físico alemán Albert Einstein (1879-1955) introduce la cuarta dimensión-tiempo en la concepción de la física newtoniana tradicional, comienza una aventura imparable en el ámbito artístico por conseguir plasmar esta nueva interpretación del tiempo. Distintos autores se afanan por representar la variable tiempo en sus manifestaciones artísticas.
Los pintores cubistas, como Georges Braque (1882-1963), Juan Gris (1887-1927) o Pablo Picasso (1881-1973), intentaron captar los efectos dinámicos mediante la superposición de imágenes de un mismo objeto tomadas desde distintos puntos de observación. El cubismo libera definitivamente a la pintura de la concepción perspectiva tradicional y de su carácter estático. La percepción de la realidad es mucho más plural y diversa, requiere una imagen más completa que exprese mejor la totalidad del objeto.

Dinamismo de un perro con cadena, Giacomo Balla, óleo sobre lienzo (89,85 x 109,85 cm), 1912.

Dinamismo de un perro con cadena, Giacomo Balla, óleo sobre lienzo (89,85 x 109,85 cm), 1912.

El interés por el dinamismo llega también de la mano de la revolución industrial con el desarrollo de las nuevas máquinas de vapor, los transatlánticos y los aviones que permiten desplazarse a gran velocidad. El movimiento se convierte así en “signo de los nuevos tiempos modernos”.

Las fantasías utópicas imaginadas por el movimiento futurista parten de esta inquietud hacia lo dinámico y lo tecnológico. Los cuadros de Giacommo Balla (1871-1958) (fig. 358), las esculturas de Umberto Boccioni (1882-1916) (fig. 359) o la arquitectura representada por Antonio de St’ Elia (1888-1916) tratan de atrapar el sentido cinético de la realidad.

Incluso el propio Marcel Duchamp (1887-1968) se siente atraído por este interés dinámico en su cuadro “Desnudo bajando una escalera” (1911) (fig. 360), en el que el artista francés expresa la idea de movimiento mediante imágenes superpuestas sucesivas, similares a las de la fotografía estroboscópica, aunando elementos del cubismo y del futurismo.

Desnudo bajando una escalera, Marcel Duchamp, 1911.

Desnudo bajando una escalera, Marcel Duchamp, 1911.

El matrimonio de pintores Robert (1885-1945) y Sonia Delaunay (1905-1941) también investigan los movimientos cromáticos en sus cuadros, a base de disolver las formas de los objetos.

Los escultores también se hacen eco de esta inquietud y crean estructuras móviles, como las de Alexander Calder (1896-1978).

Formas únicas de continuidad en el espacio, Umberto Boccioni, 1913.

Formas únicas de continuidad en el espacio, Umberto Boccioni, 1913.

Los ejemplos son numerosísimos y perduran hasta la actualidad, aunque por desgracia para todas estas propuestas artísticas, como señala el crítico de arte Eric J. Hobsbaw (Hobsbawn, 1999), siempre se mantuvieron “a la zaga”. Valga el símil temporal “retrasados”, ya que las nuevas tecnologías y los medios de difusión de masas, tanto el cine como la televisión, siempre les llevaron la delantera y consiguieron de una forma más eficaz llegar al público y representar el movimiento.

_________________________________________________________

Hobsbawn, Eric J. A La Zaga : Decadencia y Fracaso De Las Vanguardias Del Siglo XX. Ed. Crítica. Barcelona, 1999. pp. 55. ISBN: 8484320154.

Comments are closed.